
El cáncer es una enfermedad de alto impacto en el Perú. De acuerdo con Global Cancer Observatory (GLOBOCAN)-2022, el país registró 72 827 nuevos casos de cáncer en ese año y 35 934 fallecimientos, con una prevalencia a cinco años de 185 370 personas. La tasa de incidencia ajustada por edad asciende a 173,8 casos por cada 100 000 habitantes y la mortalidad estandarizada llega a 82,4 muertes por cada 100 000 habitantes. Esto significa que un peruano tiene aproximadamente un 16,8 % de probabilidad de desarrollar cáncer antes de cumplir 75 años.
Estas cifras confirman que el cáncer ya es la principal causa de muerte por enfermedad en el Perú. Instituciones como el Ministerio de Salud de Perú (Minsa) y el Congreso de la República del Perú han advertido que las neoplasias continúan en aumento; cada año se suman alrededor de 70 000 nuevos casos y 35 000 muertes, y la tasa de incidencia aumentó en un 25 % entre 2008 y 2018.
Cánceres más comunes en el Perú
Los tipos de cáncer varían según el sexo, pero cinco neoplasias concentran la mayoría de los diagnósticos:
Próstata: En 2022 se diagnosticaron aproximadamente 8 553 casos, lo que representó el 11,7 % del total de nuevos casos. En los hombres, este cáncer representó cerca del 25,4 % de los diagnósticos.
Mama: Fue el más frecuente en mujeres, con 7 797 casos, equivalentes al 19,9 % de los diagnósticos femeninos.
Estómago: Ocupó el tercer lugar general, con unos 6 380 casos (8,8 %). En hombres, fue la segunda neoplasia más habitual (10,6 %).
Colorrectal: Registró cerca de 4 943 casos (6,8 %).
Cuello uterino: En 2022 se reportaron aproximadamente 4 809 casos (6,6 % del total), ocupando el segundo lugar en mujeres (12,3 %).
Estas cifras concuerdan con informes del Congreso peruano, que indican que los cánceres de mama, cuello uterino y estómago representaron el 37 % de los diagnósticos en mujeres, mientras que próstata, estómago y colorrectal representaron casi el 42 % en varones.
¿Cuáles son los cánceres más mortales?
Los tumores que causan más muertes difieren ligeramente de los que más se diagnostican. Según GLOBOCAN, el cáncer de estómago generó el 13,3 % de las muertes en 2022, seguido por próstata (6,8 %), pulmón (7,3 %) y cuello uterino (7,1 %). El informe nacional ratifica que los cánceres de estómago (13,9 %), pulmón (8,6 %) y próstata (8,2 %) fueron las principales causas de deceso. La elevada mortalidad refleja diagnósticos tardíos y acceso limitado a tratamientos complejos, especialmente en el sector público.
Detección temprana y oportunidad de tratamiento
La posibilidad de curarse depende en gran medida de detectar el cáncer en sus etapas iniciales. Sin embargo, la Sala Situacional de Cáncer del Minsa revela que solo el 43,1 % de los casos registrados tienen información sobre el estadio, y de ellos el 59,1 % se detecta en etapas III y IV, mientras que apenas el 7 % se diagnostica en etapa in situ. El Plan Nacional de Cáncer 2020-2024 señala que el tamizaje está aún lejos de llegar a toda la población: por ejemplo, en cáncer de cuello uterino solo el 59,2 % de las mujeres objetivo fueron tamizadas en 2018; en cáncer de mama, aproximadamente el 75 % se diagnostican en etapas avanzadas; menos del 15 % se identifica en etapa I.
Estas cifras muestran que la mayoría de los casos se detecta tarde, cuando los tratamientos son más costosos y las posibilidades de curación disminuyen.
Impacto económico y necesidad de protección financiera
Más allá del sufrimiento humano, el cáncer implica un costo financiero gigante. El Minsa ha alertado que la falta de cobertura oportuna y el alto precio de medicamentos de última generación hacen que muchas familias se endeuden para afrontar terapias oncológicas. Los gastos directos incluyen cirugías, quimioterapias, radioterapias, hospitalizaciones, exámenes especializados y medicamentos biológicos; a ello se suman los costos indirectos como pérdida de ingresos, traslados y hospedaje. Sin un seguro oncológico, un tratamiento completo puede superar varios cientos de miles de soles, obligando al paciente a posponer o incluso abandonar su terapia.
¿Qué cubre un seguro oncológico?
Un seguro oncológico es una póliza específica que cubre los gastos relacionados con el cáncer, Desde la prevención hasta la recuperación. Los principales beneficios de los seguros oncológicos en el mercado peruano incluyen:
Cobertura del 100 % de los exámenes de despistaje: mamografía, Papanicolaou, PSA, colonoscopia, entre otros.
Tratamiento integral: cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapias biológicas e inmunoterapia al 100 %, hasta un monto anual elevado por persona.
Red de clínicas privadas: acceso a una amplia red de instituciones a nivel nacional, con especialistas y tecnología de punta.
Segunda opinión y asesoría oncológica: opción de consultar especialistas nacionales e internacionales.
Cirugía reconstructiva y fisioterapia para quienes han pasado por procedimientos agresivos.
Estas características permiten que el diagnóstico sea oportuno y que el tratamiento no dependa de la capacidad de pago del paciente.
Beneficios de contar con un seguro oncológico
Diagnóstico temprano y tratamiento oportuno: al cubrir los despistajes, la póliza favorece la detección temprana, cuando la enfermedad es más tratable y menos costosa.
Reducción del impacto financiero: evita que los ahorros familiares se agoten o que se genere endeudamiento.
Acceso a tecnología y especialistas de alto nivel: las aseguradoras operan con clínicas equipadas y profesionales capacitados.
Tranquilidad para la familia: ante un diagnóstico, el paciente puede concentrarse en la recuperación sin preocuparse por los gastos.
Conclusión: Invertir en prevención para proteger tu bienestar
El cáncer es una realidad creciente en el Perú, con 72 827 diagnósticos nuevos y 35 934 muertes en 2022. Las neoplasias más frecuentes —próstata, mama, estómago, colorrectal y cuello uterino— concentran la mayoría de los casos; la detección tardía y el alto costo de los tratamientos agravan el panorama: más del 59 % de los casos se descubre en etapas III o IV.
En este contexto, contratar un seguro oncológico se vuelve una inversión inteligente para proteger la salud y el patrimonio familiar. Estas pólizas cubren despistajes, tratamientos al 100 %, ofrecen acceso a clínicas privadas y protegen contra los gastos imprevistos que un cáncer puede acarrear. Al facilitar un diagnóstico temprano y garantizar tratamiento completo, el seguro oncológico puede salvar vidas y preservar la estabilidad económica.
Contar con un seguro de salud o oncológico es una forma de estar preparado ante lo inesperado. En un país donde los tratamientos pueden ser costosos y el acceso a la atención no siempre es inmediato, tener una buena cobertura marca la diferencia. En Almandoz, te ayudamos a proteger lo más importante: tu bienestar y el de tu familia.