
Desde el 9 de septiembre de 2025, el seguro de desgravamen dejó de ser un requisito obligatorio para acceder a la mayoría de créditos en el Perú. Según la SBS, este seguro solo será exigido en hipotecas, mientras que en préstamos de consumo, vehiculares, MYPE o tarjetas de crédito será opcional.
Esta modificación marca un cambio importante en la relación entre usuarios y entidades financieras, dándoles a los clientes mayor libertad de elección.
¿Qué implica este cambio?
Créditos hipotecarios: el seguro sigue siendo obligatorio para proteger a la familia y al bien hipotecado en caso de fallecimiento o invalidez del deudor.
Otros créditos: ahora los usuarios pueden decidir si contratan o no este seguro. Esto reduce costos financieros inmediatos, aunque significa que, sin cobertura, la deuda podría trasladarse a los herederos si aceptan la herencia.
Mayor transparencia: las entidades deberán informar con claridad las condiciones y costos del seguro en la misma moneda del crédito, evitando cargos ocultos.
El rol de los corredores de seguros
Aunque la contratación ya no sea obligatoria en muchos productos, el seguro de desgravamen sigue siendo una herramienta clave de protección familiar.
Los usuarios tienen la posibilidad de contratar el seguro directamente a través de un corredor de seguros, lo que les permite:
Comparar costos y beneficios entre distintas aseguradoras.
Obtener asesoría personalizada para elegir la mejor cobertura según su perfil financiero.
Acceder a condiciones más competitivas que las ofrecidas directamente por los bancos.
En este escenario, los corredores cumplen un papel estratégico para garantizar que el cliente cuente con un respaldo adecuado, sin que este se convierta en una imposición de la entidad financiera.
En conclusión
El seguro de desgravamen en el Perú ya no será una exigencia automática, salvo en hipotecas. Esta nueva flexibilidad da espacio a que los usuarios decidan de manera más consciente sobre su protección.
La contratación a través de un corredor de seguros se convierte en una alternativa recomendable, pues asegura transparencia, mejores condiciones y un acompañamiento experto en un producto que, aunque ya no obligatorio, sigue siendo fundamental para proteger a la familia frente a situaciones inesperadas.